Respecto a este documento donde nos hablan de las
capacidades que debe tener un docente para ser eficaz en su labor como maestro,
parece ser según un estudio realizado, que los buenos docentes suelen tener
unas características en común, ¿esto quiere decir que existe un tipo de características
básicas que deberían tener todos ellos? Esto puede parecer así en lo teórico,
pero bien sabemos todos que, un maestro puede encontrarse todo tipo de
situaciones en cada aula diferente a la que imparta docencia, por ello puede
ser que esto sea cierto en parte, pero sin olvidar que deben ser capaces de
adaptarse a todo tipo de ambientes o situaciones problemáticas, ya sean niños
de necesidades especiales o normales.
Estas características podréis observarlas
en el cuadro siguiente:
La formación del docente, parecer ser fundamental para luego
impartir su labor como maestro, una preparación la cual trabaje capacidades básicas ( dimensión
cognitiva-académica y dimensión vincular-actitudinal), unos conocimientos pedagógicos
adecuados con diferentes modelos de enseñanza, habilidades intelectuales y competenticas
didácticas y siempre trabajando la posibilidad d crear un ambiente propicio
para el aprendizaje.
Una de las fases que consideramos más importantes es la
etapa comprendida de los primeros años de docencia, denominada “fase de
iniciación o inserción profesional en la enseñanza”.
En esta fase creemos que la idea de contar con docentes con
experiencia que trabajen a su vez con docentes noveles, promoviendo el trabajo
en equipo con el resto de docentes, puede ser una gran ayuda a la hora de
enseñar a enseñar, ya que estos, podrán superar esta fase muchísimo mas fácil y
desempeñar una mejor labor de docencia en el futuro, una vez ya estén establecidos
y hayan superado esta fase, gracias a esto.
Por ultimo nos gustaría citar unas de las características que
nosotros vemos necesarias para ser un docente efectivo; estas son: compromiso
con su labor, amor por los niños y adolescentes, conocimientos pedagógicos
adecuados a cada modelo, capacidad de reflexión sobre su labor y una capacidad
de innovación pedagógica, tanto para la metodología, como para la motivación necesaria
que puedan llegar a necesitar los alumnos.
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